27 de octubre de 2010

Corazones de Membrillo

Membrillos, Claudio Bravo


Nada comprendí aquella tarde de otoño.

Del árbol recogiste la luz con tus manos y me ofreciste una cesta llena de soles.

Nada comprendí entonces de tan luminosa declaración.

Tampoco entendiste tú, cuando a la boca llevabas la frutal lujuria elaborada a fuego lento por mis manos, que masticabas mi dulce desconsuelo.





16 de octubre de 2010

Dos Pájaros y Un Tiro



Doble secreto, Magritte



La perversión más genuina e ingeniosa de la ingenuidad

es la deliberada inconsciencia.

Y mantener la altiva ignorancia, a sabiendas

de que matas dos pájaros de un tiro.



Valiente, Vetusta Morla


Tras de mí una escena y diez mil frases que repetir,
ya ves, lo que es no es.
Yo no voy a contar lo mejor, a ocultar lo peor,
me pongo el mejor chaqué.

No digo lo que digo,
hago lo que no hago,
al revés, al revés, porque
ser valiente no es sólo cuestión de suerte.

A veces no soy yo,
busco un disfraz mejor,
bailando hasta el apagón.
¡Disculpad mi osadía!

Tú también tienes que ver
que nunca tengo mi papel.
Nube gris, riega todo el jardín,
todo el jardín, todas las flores que probaré

No olvido los sueños,
vuelvo a lo que no acabó,
no perdí, no perdí, porque
ser valiente no es sólo cuestión de verte.

A veces no soy yo,
busco un disfraz mejor,
bailando hasta el apagón.
¡Disculpad mi osadía!

Pensad que ya no estoy,
que el eco no es mi voz,
mejor aplaude y vámonos.
¡Qué termine esta función!

Tras de mí una escena y diez mil frases que repetir,
ya ves, lo que es no es.

A veces no soy yo,
busco un disfraz mejor,
bailando hasta el apagón.
¡Disculpad mi osadía!

Pensad que ya no estoy,
que el eco no es mi voz,
mejor aplaude y vámonos.
¡Qué termine esta función!

Deme la voz, deme la voz, deme la voz,
apuntador, deme la voz, deme la voz,
apuntador, deme la voz, deme la voz,
deme la voz, deme la voz, la voz ...

10 de octubre de 2010

Gracias, traductores



San Jerónimo, Escuela de Jan Van Eyck

El traductor es el mediador que internacionaliza a genios que, de no ser traducidos, no pasarían de serlo solamente de un pueblo.
Ramón Irigoyen

¿Cuántos nombres podrías decir de traductores? es la pregunta que Ramón Irigoyen me espeta desde su breve artículo en La Voz de Galicia, Traductores. Dejo en suspenso la lectura e intento contestarla. Aparte de Baudelaire y Cortázar, no consigo recordar más de dos nombres (entre ellos el de un amigo). Dirijo mi mirada a la mesa donde tengo algunas de mis últimas lecturas y a las estanterías de mi biblioteca:

Sonetos, W. Shakespeare y Andrés Ehrenhaus

Nueva Enciclopedia
, A. Savinio y Jesús Pardo

Cuentos completos , E. A. Poe y Julio Cortázar

Jacques el fatalista, D. Diderot y Ana María Holzbacher

El oficio de vivir
C. Pavese y Ángel Crespo

El libro del desasosiego
, F. Pessoa y Perfecto E. Cuadrado

Tres poetas de sus vidas
, Stefan Zweig y José Anibal Campos

Decamerón
, G. Boccaccio e Moisés Barcia


... (Les invito a que continúen la lista con sus libros favoritos)

El corpus de traducciones en mi biblioteca es casi tan amplio como el de originales y sin ellas no hubiese disfrutado de muchas joyas literarias. Es por esto que un poético y justiciero gusanillo me atiza una colleja y me hace pensar en el injusto olvido de la figura del traductor. Sé de su labor, de su oficio casi siempre mal pagado y poco reconocido, de su apuesta siempre arriesgada y del impagable tiempo dedicado. El buen traductor es un buen escritor, necesita talento, conocimiento y manejo preciso de todos los registros de ambas lenguas, no sólo transcribe, sino que de-construye para volver a construir, interpreta y reescribe, y en esa reescritura siempre apuesta y arriesga: qué elegir, ¿mantener el ritmo, respetar el significado literal? ¿cuál es la palabra justa? ¿cómo interpretar una poética y surrealista imagen? Un buen traductor ha de documentarse de la especificidad del lenguaje de la época y del contexto histórico en que transcurre la obra que traduce, conocer el tiempo en el que vivió el autor y, en no pocas ocasiones, empaparse de la vida de éste, saber de sus anécdotas, de sus amigos, de sus intimidades… En definitiva, además de verter de una lengua a otra, lleva a cabo una amplia tarea de investigación y exhaustiva documentación, un trabajo en la sombra que pasa desapercibido y no se aprecia porque el lector sólo ve la punta del iceberg, la traducción limpia que llega a sus manos. Confieso que ignoraba la existencia del Día Internacional del Traductor, el 30 de septiembre, y que su patrono es San Jerónimo, el traductor de la Vulgata, la versión latina de la Biblia, hecha desde el hebreo y desde el griego. Reconozco que necesito de las utopías lingüísticas y que el único traidor que merece mi aprecio, admiración y respeto es un buen traductor. Gracias Ramón Irigoyen por recordar y reivindicar un valioso trabajo. Gracias por existir, Traductores.



Piedra de Rosetta




La Malinche negociando

Pinchando en los pies de imagen podrán obtener información sobre la Piedra de Rosetta y la Malinche en una breve y entretenida historia que Eduardo Villaquirá hace Sobre los interpretes y traductores. Se la recomiendo.

5 de octubre de 2010

Derrota


Los días gigantescos, Magritte



El día que me venzas habrás perdido tu última batalla.


Mina y Serrat: Sin piedad




Sin Piedad

Tu derrota es la mía
y mi fracaso tu quebranto, mujer.
Mía es tu ruina, tuya mi agonía.
Tan solo somos un par de perdidos
que no tienen nada que perder.
Y sin embargo, o tal vez por eso,
donde más duele nos damos los besos.
A sangre y fuego,a sangre y fuego,
te parto el alma y me mato luego.
No tendré piedad de ti.
No tendré piedad de mí.
Morir matando,
matar muriendo,
sin piedad de ti,
sin piedad de mí.
Callejón sin salida:
así es esa malsana realidad.
Si me entregase a ti me despreciarías
y si te venzo me odiarás
y si huyo no he de verte nunca más.
Me necesitas y te necesito
como la confesión necesita al delito .
Sueño contigo,sueño contigo,
como la muerte sueña con alguien vivo.
No tendré piedad de ti.
No tendré piedad de mí.
Morir matando,matar muriendo,
sin piedad de ti,sin piedad de mí.

2 de octubre de 2010

El Rey y una Reflexión













Puedo prometer y prometo que hasta que vuelva a hacerlo esta es mi última incursión en el Tema. Esta entrada va por todos los que pasáis por aquí, por todo lo que aportáis. Es una sonrisa, una asociación Shandy, y volveré al redil literario por un tiempo. Pero hoy no me puedo resistir. El Roto es un rey del humor inteligente, aunque el título de la entrada es plurisignificativo y quiere hacer referencia especialmente a otros reyes, divinos, omnipotentes y omnímodos, y cuyas palabras fueron y son la ley. Permitidme que establezca sólo unas escurridizas diferencias. El del Antiguo Régimen tenía reino, trono, corona y cetro, y constantemente conspiraban contra él. El del Nuevo no tiene trono, ni corona, ni cetro, ni reino, ni nadie que le comprenda… Pero sigue siendo EL REY. Y aclarado lo obvio, os invito a bailar Cabaret con María Bozzini, el Money de Lizza Y Joel , y, ya puestos, nos damos al cambalache con Vicente Fernández que (en las Vegas) sigue siendo el rey y le hacemos el coro, venga, va:
noooo tengo troooono ni reinoooo tararararíiiii …