3 de diciembre de 2009

El silencio



Port, Jacket Yerka

Tenéis que entender qué es el silencio,
cuál es el peso del silencio,
cuál es el poder del silencio.
Marcel Marceau

A metade de mim é o que eu grito
mas a outra metade é silêncio.
Oswaldo Montenegro


El silencio es arma de doble filo, una bestia en la sombra, un disparo en el alma, una zarpa, la cicuta. Una adelfa. Una flor blanca, una pluma, una mano tendida, el terciopelo de una caricia. Un universo trágico o poético. Una nada que está llena de un todo, el mundo de las emociones. Una pregunta, una respuesta, una pausa, una tregua, un paréntesis, unos puntos suspensivos…

El silencio es siempre poderoso y significativo.

Digno, prudente y sabio si sabe callar a tiempo.
Cobarde, necio y terrible cuando lo hace a destiempo.

El silencio siempre habla.
A veces calla porque sabe,
otras, porque no sabe,
o no tiene qué decir,
o no sabe cómo decir.

Bajo el silencio, se ocultan muchos miedos.

El silencio, metáfora ancha, amplio abanico con casi tantos calificativos como en el lenguaje existen. Tierno y cálido en la mirada de una madre y en el sueño de un niño, vital, abstraído y reflexivo para el creador, sorprendente y maravilloso en el gesto de un mimo, melancólico, distraído o ensimismado en los ojos del poeta, introspectivo y revelador para el asceta y el místico.

Doloroso el de la ausencia y el de la casa vacía, asfixiante el de la casa sin ventanas, punzante y afilado el del desamor, frío y desasistido el del vagabundo, el del anciano y el del enfermo en soledad impuesta. Desconcertante y sumiso el de unos ojos tras un chador, interrogante e intenso el de la mirada del hambre, conmovedor el de la pobreza.

El silencio no tiene límites.

Sobrecogedor el de un campo tras la batalla, el de los muertos y el de la misma muerte, cruel e impune el del torturador y el del asesino inconfeso, impasible y arbitrario el de la justicia injusta, inmutable y despótico el de la dura lex que no admite réplica. Obsceno y violento el del dictado de las dictaduras, el del dinero corrupto y el de los escaparates de lujo, solemne, pomposo y grandilocuente el del bajo palio, el de las grandes ceremonias, el de los vastos uniformes.

El silencio hace visible lo invisible.

Secreto y acogedor el de la tierra, el de la casa en la tarde, el de la luz en otoño, el del papel en blanco, el del papel escrito. Delicado el de la caída de las hojas, sutil el del agua y el de las sombras, mágico el del perfil de una nube, místico el de la montaña que toca el cielo, inaprensible el de la línea del horizonte, inquietante el de un paisaje de lava o el de un volcán extinguido. Sugestivo o turbador, laberíntico y candente, el del amor.

Silencio, bocas sin abrirse, refugio o exilio interior, amplio universo, lenguaje mudo que nos cava, que nos socava y que nos quema por dentro. Silencio: muerte y vida. Silencio, se rueda. Silencio se ruega. Silencio…


Un disco de silencio. A pesar de ser “Lo mejor de Marcel Marceau”, no es de él. Curioso el vinilo y su historia. Pinchen aquí si quieren conocerla



14 comentarios:

Clidice dijo...

Queria enviarte un silencio reflexivo, pero pareciera un desdén, por lo que te lo digo. Me voy de puente a buscar el silencio ... con tu texto. Gràcies :)

virgi dijo...

¡Oh, Shandy, que preciosidad!
Me has dejado hipnotizada con esas palabras...me rindo a sus pies, reflexiva y delicada doncella...

Y luego colocas a MM, con esas ternura que se come a los que lo contemplamos, con esa inteligencia que no necesita palabras.
Tuve la dicha de haberlo visto aquí dos veces, tiempo ha. Mágico, emotivo, sus actuaciones son pura poesía.
Un abrazo silencioso, pero fuerte fuerte.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Me presento en mi primera visita a tu blog. Me llamo Rubén y mi blog lleva por nombre "Narraciones interiores". Curiosamente mi última entrada se titula "El silencio", y en ella hago un ensayo rápido desde la reflexión filosófica, señalando algunos de los aspectos del silencio.
Tu recorrido me pareció muy completo, abarcaste mucho más que yo.

Saludos!

Alonso CM dijo...

Shandy, no sé qué decir. Guardo silencio, es lo mejor.

Muy buena entrada.

Un abrazo

Shandy dijo...

Clidice,
me imagino ese silencio mirando a la montaña. Espero que haya sido gratificante.
Un beso

Shandy dijo...

Virgi,
muchas gracias por ese efusivo y animoso comentario. "Lo mejor de MM", qué bien lo supo expresar el creador de ese vinilo!
Otro abrazo

Shandy dijo...

Ruben,
acabo de pasarme por tu blog. He leído distintas entradas donde tocas el tema del silencio (El Silencio y El encanto de la suegrencia. Este último me gusto mucho). Después de escribir un comentario, no me permitió enviarlo. Pero habrá vuelta.
En la filosofía me muevo de puntillas. Mi reflexión es más desde un lenguaje literario, o eso pretendo. Y surgió desde el silencio, escribiendo todo aquello que me sugería ese hablar "sin decir", casi como una escritura automática, una cascada de ideas. Luego, sí las ordené.
Gracias por tu visita y el comentario.

Shandy dijo...

Miradme,
gracias por ese sencillo decir.
Un abrazo

raindrop dijo...

Sí, hay muchos tipos de silencios (o es que el silencio es tan profundo, tan abismal, que es inabarcable en sus descripciones...). Y lo mismo puede ser un arma cargada con la más terrible y letal munición de vacío, que la caricia suavísima que se da y se percibe donde reposa la íntima sensibilidad del ser.

besos

NoSurrender dijo...

desde luego, el silencio puede ser de lo más elocuente. Los músicos dicen que es la nota más importante, porque sólo desde el silencio se define el ritmo, el principio y el final.

Decía un músico: Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir. Que hable el mundo y caye el hombre.

Un abrazo, Shandy!

Ventana indiscreta dijo...

Hoy no me explayo, Shandy. Sólo te dejo la parte final de un poema titulado:

Carta a George B. Moore
en defensa del anonimato

de José Emilio Pacheco


Sigo pensando
que es otra cosa la poesía:
una forma de amor que sólo existe en silencio,
en un pacto secreto entre dos personas,
de dos desconocidos casi siempre.
Acaso leyó usted que Juan Ramón Jiménez
pensó hace mucho tiempo en editar una revista.
Iba a llamarse «Anonimato».
Publicaría no firmas sino poemas;
se haría con poemas, no con poetas.
Y yo quisiera como el maestro español
que la poesía fuese anónima ya que es colectiva
(a eso tienden mis versos y mis versiones).
Posiblemente usted me dará la razón.
Usted que me ha leído y no me conoce.
No nos veremos nunca pero somos amigos.
Si le gustaron mis versos
qué más da que sean míos / de otros / de nadie.
En realidad los poemas que leyó son de usted:
Usted, su autor, que los inventa al leerlos.

Besos silenciosos y leámosnos.

manolotel dijo...

Tratado sobre el silencio, ordenado, critico, apasionado, elegante, lúcido.

Es curioso todo lo que se puede decir sobre algo que no precisa de sonidos para existir. O, para no existir. Porque incluso el silencio de M.M. precisa del siseo del vinilo para manifestarse.

Pero dejemos la metafísica para los entendidos, lo más importante del silencio es su versatilidad. Igual puede hundirte en la más profunda depresión que elevarte a la cima del nirvana más absoluto.

Y además es casi imprescindible para algunas tareas: "Silencio, se escribe"

Me ha gustado este post.

Un besote, amiga Shandy.

Anónimo dijo...

"No hay silencio de veras salvo el compartido". Cesare Pavese

"No hables a menos que puedas mejorar el silencio". Jose Luis Borges

"El jazz es la música más democrática del mundo, por que todo el mundo tiene un lugar para dar su opinión sobre un tema, por eso es una de las músicas que más une a los músicos. A veces puede pasar que uno haga una improvisación, no sale lo que vos queres y haces otra. Eso es un error, por que cuado no hay nada que decir, no hay que decir nada. Luis salinas, músico

Tórtola dijo...

Un silencio muy salino


La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: Jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.