Mensaje del mar, Maruja Mallo
Penélope
Deja que, como Penélope, teja en su telar de sueños
Déjale curtir con un ovillo verde la frágil piel del tiempo
Aunque mañana se vista de luto
déjala que hile y devane de nuevo.
Quién te dice a ti que
-en un futuro incierto-
Ulises no regrese
y una nueva flecha con su arco tense.
Eterna Penélope ( a Rosa)
Epitafio de loito no ronsel da túa mirada:
O Mar,
o teu único horizonte.
A el regresas cada tarde,
serea varada
de frustradas esperanzas.
Quixeses,
co feitizo do teu canto,
retornar ao ausente.
Mais
aos teus beizos
só alenta unha pregaria.
Eterna Penélope
na costa da vida.
Muller férrea
de pés de auga.
Rosa dos ventos
nun mar morte.
Muller náufraga.
Naturaleza viva, Maruja Mallo
6 de octubre de 2009
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9 comentarios:
Siempre tuve problemas con Penélope, demasiado sumisa, esto de las mujeres como guardianas del hogar del hombre me chirria, pero no quita para que el poema sea bellísimo i muy interesantes las pinturas. Gracias :)
Mujer Naufragio
Me pediste un naufragio para ti esa noche en que agosto apagaba sus últimos astros y venían por el aire saxofones de verbenas.
Avanzaba la luna, herida por el cielo: como un leopardo manchado de presagios nos ofreció promesas que nunca se cumplieron.
Había gastado el oro de todas mis madrugadas, empeñado mis sueños en el oficio de poetas; olvidado mis versos y su música oculta.
Y por eso buscaba esos viejos tesoros que en islas de la noche parecen aguardarnos para que nosotros, corsarios, los robemos a tiempo.
Por eso visité tabernas, los ambiguos y clandestinos bares de zozobra y pecado: quise ser fiel marino gobernándose en tierra. Me tatué una rosa de lujuria en el brazo y franqueé las puertas tras de las que se ocultan los ritos de la impiedad, los ángeles malditos. Entonces apareciste, malograda princesa, y una fragancia a flor venenosa, culpada dejabas en los rincones del tugurio moderno. Y quisiste marchar con aquel personaje intruso que escogía palabras melancólicas para explicarte las trampas que le hacemos a la vida.
Tenía playas la noche para romper el tiempo, esparcía sombras de luna en las arenas, y esas olas de agosto ya las había sentido batir. Me pedías un naufragio para mis ojos mudos, un naufragio de naves espoliadas de vida, y un combate naval en mis serias costumbres.
¿Estarías dispuesta a clavarme en la vida la espina del veneno o dejarme ir al fondo? ¿Tú podrías mentirme en el agua de tus ojos verdes y traicionarme, marcarme extrañas citas, aovillarme el ritmo e horas, de semanas, enredarme en las sombras de tu perdición?
Nada yo pude hacer. Sentí que ibas al fondo. Como un barco perdido, fatigado, sin timón sólo buscabas a alguien que pudiese mirarte, para que la noche clara, con certera piedad, te ahogara una vez, llevándote muy lejos.
Clidice,
el personaje de Penélope puede ser interpretado de varias maneras. Se puede hacer una lectura de mujer sumisa (la más frecuente), el símbolo de la espera permanente, por el "hombre". Pero también es un símbolo de rebeldía y libertad, porque se rebela contra un pueblo que quiere imponerle un nuevo casamiento. También es lo suficientemente astuta e inteligente para "entretener" a su pueblo con la estratagema de tejer una inacabable tela.
En el caso del personaje griego simboliza también la fidelidad o la lealtad, pero es una elección desde su libertad.
En el caso de la primera Penélope es una mujer tejedora de esperanzas. Tal vez se vestirá de luto muchas veces, pero seguirá tejiendo la piel del tiempo con ovillos verdes. Y Ulises representa la posibilidad del Amor.
Clidice, siempre gracias a ti por tus visitas. Y un abrazo
Portero,
poético y bello relato, pero también amargo y duro ese final. ¿Es tuyo?
Hay una canción que dice "Hay mujeres veneno, mujeres fatal"... Esa mujer naufragio de tu relato parece ser de éstas últimas.
La mujer náufraga de mi poema, no es de esas, desde luego. Se llama Rosa y es una percebeira da "Costa da Morte" que perdió a su hombre en el mar. Por eso acude cada tarde a mirarlo. Quisiera cantar, como una sirena, para que ese hombre volviese a la vida, pero sólo puede rezar. Una historia tambien muy triste, y real. Estos versos nacieron de ahí.
Gracias por tu visita. y por dejar esa historia.
Precioso, en verdad precioso.
La espera nos da un tiempo.
Quizá Ulises regrese y ella sabrá que no ha esperado en vano.
Me ha gustado muchísimo también que lo pusieras en gallego, suena más triste y al tiempo, melodioso.
Shandy, un abrazo
Miña ruliña:
Teño poucas certezas, mais quixera que nun xardón privado, defendido puidesen abrollar flores de inverno e resistisen ben os ventos fríos, converténdolas así nas solidarias rosas que damos vivas, xenerosas e poñemos a man doutros amigos, e son leais como esta vida nosa.
Coincido con esa interpretación de Penélope como símbolo de la esperanza. Esa esperanza que el Arquitecto de Matrix definió como la quintaesencia del engaño humano, que es a la vez la fuente de vuestro mayor poder y de vuestra mayor debilidad.
¿Qué será mantener la esperanza mientras se contempla una horizontal líquida?
besos
A esa primera Penélope (y a la segunda también)podrían aplicársele los versos de una poetisa cubana llamada Mirta Aguirre titulado Soneto de Mañana:
SONETO DE MAÑANA
Yo no tendré ya voz y sí una oscura
sonrisa-luz sobre mi gris reciente.
Cáliz de rosa desleída. Ardiente
repaso de sonrisa en sombra pura.
Meridiano solar de alba en procura
de pleno sol. Simiente de simiente
con raíz escondida en tierra y frente
a la brisa y al fuego en hendidura.
Ola de arena y cal y espuma de ola,
siendo, sin ser, mejor aún que si fuera,
viviendo en humus y en dispersa nada,
en aire y luz y plata y amapola,
de clorofila y mineral viajera,
renuevo intacto, vida libertada.
Primer poema magnífico donde todo es contención y un final más que probable entre el regreso y la tensión.
Besos.
Me han encantado las dos Penélopes, pero sobre todo la segunda. Me parece más dramática, más lírica. En cualquier caso, las recreaciones que has hecho han valido la pena.
Un abrazo.
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