3 de febrero de 2009

Ellas me gustan


No son los mejores versos ni tampoco los más representativos de su trayectoria poética. Sí son algunos con los que mi subjetivo ojo se sorprendió. Ellas hablan o imaginan de ellas, pero también hablan de mí y para mí, y yo escucho y diálogo e imagino con ellas. Son poetas contemporáneas, aunque de desiguales edades, con miradas distintas, con estilos y estéticas diferentes. Pero en todas asoma una chispa vital, una certera lucidez, un pedazo de deseo o un libre y singular erotismo.

Desde la sensual exuberancia de Ana Rosetti, la espontaneidad y el delicioso descaro de Almudena Guzmán, la atrevida modernidad y desinhibición de Carilda Oliver, la canalla audacia y la descarnada melancolía en Lucía Fraga, la certera afirmación de Gioconda Belli, la sutileza de María Teresa Horta y el primigenio erotismo, unido a la fuerza de la tierra madre, de Olga novo: Ellas, me gustan.

Os invito a que elijáis o comentéis aquel o aquellos que más os gustan. (De la gallega Olga Novo y la lisboeta María Teresa Horta, os ofrezco la versión original y la traducción).

Ana Rosetti (Cádiz, 1950)

Chico Wrangler
Dulce corazón mío de súbito asaltado.
Todo por adorar más de lo permisible.
Todo porque un cigarro se asienta en una boca
y en sus jugosas sedas se humedece.
Porque una camiseta incitante señala,
de su pecho, el escudo durísimo,
y un vigoroso brazo de la mínima manga sobresale.
Todo porque unas piernas, unas perfectas piernas,
dentro del más ceñido pantalón, frente a mí se separan.
Se separan.
Indicios vehementes, 1985
***
Almudena Guzmán (Madrid, 1964)

Qué hago yo aquí medio borracha
escuchando a este cretino
que sólo sabe hablarme de la mili,
mientras me tapa baboso la calle y la vida
con su espalda.
Y encima estoy sin tabaco.
(Menos mal que desconecto en seguida
pensando en ese géiser de besos
que le provocaré a usted, sin duda,
cuando su camisa se digne o se resigne
a dejarse desabrochar por mi mano.)


Usted se inmiscuye en mi bufanda
desde una áurea blanquísima que me reverbera los labios.
No me muevo,
no fumo -quizá a su silencio le moleste esa arruga en la nieve-;
y sólo cuando marcha me doy cuenta
de que he estado aguantándome el pis todo el rato.
Usted, 1986
***

Carilda Oliver Labra (Matanzas, Cuba 1924)
Anoche me acosté con un hombre y su sombra.
Las constelaciones nada saben del caso.
Sus besos eran balas que yo enseñé a volar.
Hubo un paro cardíaco.
El joven
nadaba como las olas.
Era tétrico,
suave,
me dio con un martillito en las articulaciones.

Vivimos ese rato de selva,
esa salud colérica
con que nos mata el hambre de otro cuerpo.

Anoche tuve un náufrago en la cama.
Me profanó el maldito.
Envuelto en dios y en sábana
nunca pidió permiso.
Todavía su rayo lasser me traspasa.

Hablábamos del cosmos y de iconografía,
pero todo vino abajo
cuando me dio el santo y seña.
Hoy encontré esa mancha en el lecho,
tan honda
que me puse a pensar gravemente:
la vida cabe en una gota.
***

Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 1948)

Nueva tesis feminista
¿Cómo decirte
hombre
que te necesito?
No puedo cantar a la liberación femenina
si no te canto
y te invito a descubrir liberaciones conmigo.
No me gusta la gente que se engaña
diciendo que el amor no es necesario
-"témeles, yo le tiemblo"
Hay tanto nuevo que aprender,
hermosos cavernícolas que rescatar,
nuevas maneras de amar que aún no hemos inventado.
A nombre propio declaro
que me gusta saberme mujer
frente a un hombre que se sabe hombre,
que sé de ciencia cierta
que el amor
es mejor que las multi-vitaminas,
que la pareja humana
es el principio inevitable de la vida,
que por eso no quiero jamás liberarme del hombre;
lo amo
con todas sus debilidades
y me gusta compartir con su terquedad
todo este ancho mundo
donde ambos nos somos imprescindibles.
No quiero que me acusen de mujer tradicional
pero pueden acusarme
tantas como cuantas veces quieran
de mujer
***
Lucía Fraga (A Coruña, 1978)

¿Te apetece subir?
Soy lo suficientemente ingenua como para creer
que las camas son para dormir,
pero también lo bastante zorra como par saber
que no tienes sueño

La noche de mi cuerpo
Veo el rostro de mi madre llorando
reflejado en el suelo.
Me he asomado a la ventana
y me he vuelto lluvia que cae sobre la ciudad insomne.
De noche pierdo por completo la noción de mi cuerpo y,
poco a poco,
me incorporo a este paraíso de los idiotas.
La calle tiene un extraño color de gato nocturno
que casi no me deja reconocer mis manos
mezcladas con la niebla.
Estiro los brazos por encima de los laberintos de hormigón
con el mismo vuelo que alzan los días sobre los recuerdos.
El tiempo se despereza en esta noche
que es la noche de mi cuerpo sobre la tierra mojada.
Las aguas dormidas recorren los caminos de plata,
caen a raudales,
inundando ciudades que sueñan.
Paseo dentro de una bola de cristal
que guarda la nieve del invierno olvidado
y pongo nombre a las estancias durmientes
sobre las que pasaré.
Ya no tendré frío nunca más,
aunque la nieve cubra mi cuerpo,
porque vendrá el día cuando mi carne lo pida.
Nostalgia del acero, 2006
***
María Teresa Horta (Lisboa, 1937)

Segredo
Não contes do meu
vestido
Que tiro pela cabeça

Nem que corro
os cortinados
Para uma sombra mais espessa

Deixa que feche o
Anel
Em redor do teu pescoço
Com as minhas longas
Pernas
E a sombra do meu poço

Não contes do meu
Novelo
Nem da roca de fiar

Nem o que faço
Com eles
A fim de te ouvir gritar

Secreto
No hables de mi
Vestido
Que quito por la cabeza

Ni que corro
Las cortinas
Para una sombra más densa

Deja que cierre el
Anilllo
Alrededor de tu cuello
Con estas mis largas
Piernas
Y la sombra de mi pozo

No cuentes de mi
Madeja
Ni de la roca de hilar

Ni lo que hago con ellos
A fin de oírte gritar
***

Olga Novo (Lugo, 1975)

Os líquidos íntimos
Coa miña pel podes facer enxertos nas mazairas.
Algunhas conservan estirados os nomes que gravei a navalladas
tódalas tardes ó volver da escola.
Acostumada a tirar por un poema como por un becerro cando se lle ven as patas,
cando xa non se está en idade de medrar
toda maduración require un desgarro de tendóns
entón é cando corren polo meu peito rabaños de cabras
que non se dirixen a ningunha parte,
sóbenme ás paredes desde as que te vexo,
arrancan coa lingua o pasto mentres te vas.
O tacto dos teus violíns faime chorar terriblemente.
E case non podo soportar que as túas mans me acariñen
como a la dos xerseis que me facía a miña nai cando era nena.
Pero coa miña pel
coa miña pel podes facer enxertos nas mazairas.

Los líquidos íntimos
Con mi piel puedes hacer injertos en los manzanos.

Algunos conservan estirados los nombres que yo grabé a navajazos
todas las tardes al volver de la escuela.

Acostumbrada a tirar por un poema como por un ternero cuando se le ven las patas,
cuando ya no se está en la edad de crecer
toda maduración requiere un desgarro de tendones
entonces es cuando corren por mi pecho rebaños de cabras
que no se dirigen a ninguna parte,
me suben a las paredes desde las que te veo,
arrancan con la lengua el pasto mientras te vas.

El tacto de tus violines me hace llorar terriblemente.

Y casi no puedo soportar que tus manos me acaricien
como la lana de los jerseis que me hacia mi madre cuando era niña.

Pero con mi piel
con mi piel puedes hacer injertos en los manzanos.

Nós nus (Nosotros desnudos), 1997




5 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Amo a Ana Rossetti.

Tempero dijo...

Querida Shandy,

Creo en el amor montaraz,
creo en el cigarro deshilachado después de hacerlo,
creo en los besos tenaces, en su terca hechura,
creo en el torrente sanguíneo como luz afortunada,
creo en las manos desatadas,
creo en la definición de la fuga.

En todos los poemas tratan el amor como lo que es: una erupción. El de Rosetti me parece el más elaborado y/o cerrado. El resto tienen muchos aciertos.

Gracias por ese fecundo regalo que hoy has traído. Te invito a un paseo por la muralla en mi cuaderno.

Besos.

Shandy dijo...

Gilda, Ana Rossetti es de las mejores, sin duda. La avala una larga trayectoria poética y sabe cambiar de registros. Me encantan sus poemas eróticos, pero también su poemario Punto umbrío donde toca temas existencialistas. Y hasta sus cuentos.
Un abrazo.

Shandy dijo...

Tempero, gracias por ese texto tan bonito. Yo también creo “Pues si algo ha de quedar..." La verdad no me fue fácil escoger textos, hay tantos que me gustan.Quería que hubiese un elemento común entre ellos y escogí el erotismo, quizás porque las mujeres tuvieron que romper en este campo muchos tópicos que se entendían
como “femeninos” y abrir caminos, buscar un lenguaje nuevo. Al elegir quise también mostrar diferentes estilos.
Ana Rossetti fue una pionera. Confieso que si tengo que elegir me quedo con ella y Carilda Oliver. De la cubana me sigue sorprendiendo que en los años cuarenta pudiese utilizar un lenguaje erótico tan moderno. Menos sus composiciones “patrioteras”, me gustan casi todos sus poemas, aunque dicen que ella “atraía” a la parca (muertes y suicidios entres sus maridos y amantes, fue bellísima.Hemingway se miró en sus ojos verdes... y se suicidó, mucha leyenda, verdad. Lucia Fraga y Olga Novo son muy jóvenes. La “Nostalgia del acero” de Lucia Fraga no es un mal poemario, muy duro.Olga Novo tiene un estilo muy particular, hay una fuerza en ella que me arrastra: “A forza da terra entra polos pés”:),a Olga le entra por los pies y por el...y le sale por la boca. Me daré ese paseo por tu cuaderno con muralla con mucho gusto.

Ventana indiscreta dijo...

Hermosos poemas para entrar en eso que yo llamo 'el despeñadero del amor'. Hay un verso que levanto del resto y es del poema de Rosetti:

y un vigoroso brazo de la mínima manga sobresale

El poema crece hasta este verso y luego vuelve a bajar. 'Vigoroso' y 'sobresale' parecen dos palabras temidas, llenas de viento auditivo, sisean en su final y, además, arropan a una palabra encogida: 'mínima'.

Buen blog este tuyo, Shandy.
Besos.