27 de febrero de 2009

Deconstruyendo una portada



1-Antes de abrir el libro, La universidad desconocida, observo con detenimiento la portada. La ilustración me parece una metáfora visual del título. Pienso en Borges, en los distintos universos del Aleph. Es esta una asociación evidentemente subjetiva, pero hago otra. Esa figura clara y desnuda en primer plano, bajando unas escaleras y rodeada de una amalgama de materiales fragmentados, me recuerda a otro cuadro. La sugerencia, pienso, es bastante obvia, y con curiosidad busco en las primeras páginas del libro el título del cuadro que ilustra la portada: Setenta y cinco años después: Nápoles, Larry Rivers, 1988.

2-Setenta y cinco años antes, en 1913, se organiza en Nueva York el Armory Show, una exposición que rompería con los arquetipos y normas establecidas hasta el momento en el campo de la creación artística. En ella se pretendía mostrar al público americano las tendencias más novedosas del arte europeo, la Avant- garde que se desenvolvía en el París de principios del XX. La mayoría de las obras presentadas provocaron el escándalo y el desconcierto entre un público miope acostumbrado al arte realista, y la muestra del Armory fue calificada por la prensa de la época de burla y parodia del arte y por los visitantes de inmoral y absurda: “¡Esto no es arte!”. La provocación y la pregunta en las mentes enclaustradas en una perspectiva acomodaticia y ortodoxa de la creación artística estaban conseguidas.
No es de extrañar la reacción en aquellas primeras décadas del XX, si tenemos en cuenta que la exposición reunía, entre otros, a tres irreverentes e iconoclastas creadores: Francis Picabia, Man Ray y Marcel Duchamp, el “trío calavera”, que fue precisamente allí, en el Armory, dónde se conocieron e iniciaron una amistad.
La obra triunfadora de aquella mítica exposición, por la polémica que desató, fue Desnudo bajando una escalera del heterodoxo Marcel Duchamp. Aquellos trazos fragmentados, que parecían sugerir movimiento, la descomposición de planos, las suaves ondulaciones, los colores que recordaban a la madera, provocaron en algunos artistas tanta fascinación como perplejidad y rechazo en la mayoría de los visitantes que la contemplaban. La mirada irritada de un público desconcertado y desorientado se preguntaba dónde estaba la escalera, dónde estaba el desnudo.

. Desnudo bajando una escalera, Marcel Duchamp

3-Pasado el tiempo, Duchamp diría que con aquella obra sólo pretendía mostrar “una representación estática del movimiento”, algo que años antes había intentado el fotógrafo Eadweard Muybridge (1830- 1951), cuyos experimentos fotográficos para captar con la cámara el movimiento, fueron base importante para la invención del cinematógrafo. Y aunque parece ser que Duchamp negó conocer la fotografía de Muybridge la asociación es bastante comprensible, ¿verdad?

Fotografía de Eadweard Muybridge

4-En el caso de Larry Rivers (Nueva York 1923-2002), queda clara la paráfrasis y el homenaje en el título elegido por el pintor para el cuadro, que hace referencia explicita a la fecha en la que Duchamp había presentado su “Desnudo” para el Armory Show. En cuanto a la imagen femenina, tanto el movimiento de la modelo como sus suaves redondeces, muestran que la fotografía de Muybridge es un claro precedente.

Y deconstruida la ilustración de la portada de La universidad desconocida, queda por hacer la deconstrucción del contenido de este libro. Un libro tan inclasificable como imprescindible para deconstruir y reconstruir el universo literario y entrever la vida del chileno Roberto Bolaño. Será en una próxima entrada.






12 comentarios:

Celestino Simón dijo...

Paul Auster segregaría saliva con tanta suma de casualidades, yo la segrego porque adoro a tanto tarado junto y porque me fascina el azar, ya sabes, toda una serie de cosas que se encadenan de porque sí y que deslumbran. Porque el azar, si no deslumbra, no es arte... :):):)

Así que pienso: el día que me desnude por azar, si deslumbro, tendré que buscar un retratista y a un pintor... ese momento no puede perderse... :):):)

Besos Shandy

NoSurrender dijo...

Ah, Bolaño. El gran Bolaño. Para mí, lo mejor que ha dado la literatura hispana en las últimas décadas. Creo que Bolaño puede tutear a Borges sin ningún complejo.

Traigo aquí el poema que da nombre a La Universidad Desconocida, si te parece bien:

Querida, no es el Paraíso
En las calles hay batallas campales después de las diez de la noche
Nadie viene a visitarme
Aunque la comida que preparo aún no es del todo mala
¿Cómo se llama esto?, pregunté
Océano
Una larga y lenta Universidad

Ventana indiscreta dijo...

Deconstruir un desnudo es llevarse un bocado de espejos al alma. Si los trituramos bien, cada uno nos dará el fragmento más preciso de nuestra carne, de nuestros capilares, nuestro interior saldrá cubicado en pedazos imposibles ya de unir. Y con un sólo bocado.

Un beso.

Arcángel Mirón dijo...

No puedo conseguir nada de Bolaño. Está todo agotado.
Ya es una obsesión.

Tempero dijo...

A ver Shandy, deconstruída y sin máscara, eso creo. Cada vez que paso por unas marcas de cervezas sin alcohol (cervezas deconstruídas) me acuerdo de ti.¡Porque aluden a Shandy! Pero no sé si tienes que ver con el lúpulo o la malta. Yo sí tengo que ver con la cebada, y con el trigo. Te digo: buena entrada de bisturí literario, me gusta el cuadro, me gusta la mujer, me gusta la descomposición fuera de los peldaños y m gusta Roberto Bolaño, que rima con peldaños. ¡Pero compararlo con Borges! Creo que no es comparable. Nocturno de Chile es sublime y de sus putas asesinas, no sé... Conozco otro schileno que ya te hablaré de él y que en putas es el rey. De la mejor literatura que he leído. 2666 todaví me queda muy largo y no quiero frivolizar. Y de deconstrucciones lo más cercano que tengo es una receta de Ferrán Adriá que habla de tortilla deconstruída.

Besos deconstruídos o de tortilla casera, como quieras.(Otra rima pocha.)

Shandy dijo...

Celestino, el azar es como jugar al poker, uno nunca sabe cartas que le van a tocar, puede ser una escalera real o ni siquiera una pareja. En la vida asusta un poco, pero también tiene ese punto de fascinación. En el arte, el azar puede ser muy constructivo. Dice Lautrémont que en el arte los encuentros fortuitos pueden producir la poética de la sorpresa, esa belleza oscura y extraña que nos atrapa por ser tan imprevisible.
Y no se desnude todavía, por dios, que ya sabe que la verdad no es lo evidente, sino su mitad :)
Besos azarosos

Shandy dijo...

No Surrender, a mi Bolaño también me parece de los mejores autores hispanos de lás últimas décadas. Creo que ha dado un vuelco a la literatura hispana y ha abierto caminos. Su manera peculiar de narrar rompió con una atomización del Boom del realismo mágico, que a mi me sigue fascinando y ha dado buenísimas novelas. Pero en el arte hay que abrir nuevos caminos y eso es lo que ha hecho Bolaño tanto por su manera de contar como por lo que cuenta.
No fue muy querido por sus colegas, ni siquiera en Chile. Pero ahora -después de muerto!-, empieza a ser de lectura obligatoria en las escuelas de su pais.

Y un realvisceralista como tú tiene todo el permiso y la licencia para traer a esta página ese poema que da título al libro. Me encanta que lo hayas dejado.

Versos y besos realvisceralistas.

Shandy dijo...

Ventana, entiendo que deconstruir es un proceso para indagar como algo está construido, la complejidad (o la simplicidad) de su entramado. A partir de ahí entiendes mejor lo construido. Y puedes empezar de nuevo a construir algo nuevo, a reconstruirlo y, por supuesto también a destruir. Esto último, ni en el arte ni en la vida de resultado. Me encanta deconstruir para volver a cons y re.

Un beso

Shandy dijo...

Arcángel, es curioso lo que cuentas. Hace un par de años, en una pequeña librería de Valparaiso, me ofrecían pedir un libro de Bolaño ( "La pista de Hielo") a Buenos Aires, porque -decían- salía más barato que pedirlo a Santiago y además no había problemas para conseguirlo. Veo que han cambiado las cosas. Ahora después de muerto tenemos a San Bolaño. Aquí no tenemos problemas, de momento, para conseguirlo. Así que si deseperas, hay correos que crizan el Atlántico. No te quedes con las ganas!
Un abrazo.

Shandy dijo...

Tempero, me acabas de dar una idea para una entrada, deconstruir la palabra "Shandy"! Bueno, em principio ese nombre que elegí no tiene que ver con ese "refresco" que se tomaba en Londres De cerveza amarga con limonada y que ahora ha llegado aquí. Pero si te diré que tiene que ver con unos "Shandys" de 1929 que tomaban una cerveza de gengibre (con una rajita de limón) y que se reunían en la librería Shakespeare and Company, Sept rue Odeon. Y estos a su vez tomaron el nombre de otro "Shandy", un irlandés chiflado... Tiene una historia literaria detrás interesante. Bueno, no te doy más pistas. Haré una deconstrucción de "Si Hablas Alto Nunca Digas Yo".
En cuanto a Bolaño, su narrativa nada tiene que ver con la de Borges. No son comparables en cuanto a modos y maneras de narrar, pero sí son dos pioneros. Borges abrió caminos ( Y Rafael Dieste!, que publicó " Ficciones y aventuras de Felix Muriel" un año antes, en Buenos Aires, que Las Ficciones de Borges) y creó escuela. Bolaño también,ya es un referente. Es el tercer escritor, después de García Márquez y Vargas Llosa, más leído entre la gente más joven.
Besos reconstruidos

M. dijo...

Hay portadas y portadas. Interesante deconstrucción. No conocía a Larry Rivers ni su ilustración/cuadro. Duchamp es genial. Un saludo, Shandy!

Anónimo dijo...

Me sigue gustando esta entrada... Besos ... :)

Tío C.