31 de diciembre de 2010

El humo del pasado








Sorprendido en una travesura, el niño le dice a su padre: papá, deja que ya me riño yo. Así que yo ya reñida, me van a permitir que despida el año con iconos que remiten a décadas de glamouroso humo. El cigarrillo de Bogart, la boquilla de Audrey, el puro descaro de Groucho o






la mirada de insinuante deseo de Uma Thurman en Pulp Fiction…



“Tienes fuego” o “Por favor, me da fuego”, palabras que propiciaron el inicio de una
conversación en la esquina de una barra , serán historia en este país a partir de mañana. Toco madera para que el ojo de un gran hermano nunca me aoje en mi propia casa y para que no desparezcan recónditas tabernas con patios traseros donde poder disfrutar contigo de crepúsculos y lunas mientras compartimos con parsimonia un cigarrillo y nos contamos el cuento de la buena pipa de Magritte. Entiendo el derecho de los no fumadores a no soportar mis malos humos ( fumar perjudica la salud de los que están a mi alrededor - tocada y hundida-) , pero también reivindico la libertad, el gusto y el disgusto de seguir fumando sin que los inquisisidores me den la matraca o me estigmaticen por ello.
Ya sabemos, los fumadores, que somos unos trasnochados rebeldes sin causa, una especie en vías de extinción abocados a difuminarnos en la niebla de la nostalgia o a consumirnos en las volutas de nuestro propio humo. Algún día de estos me ex – fumaré del cigarrillo, pero en las esquinas de la noche y bajo los aleros de la niebla seguiré escribiendo cuentos y versos, leyendo a los mejores o entonando y bailando tangos bajo la lluvia mientras sueño con humo y pavesas del pasado. El tiempo pasará, pero por los siglos de los siglos fumar es un placer, aunque nos incendie la vida y nos queme el bolsillo.
Les dejo el nombre de los ocho personajes que encabezan la entrada y si quieren los identifican: Oscar Petterson, Pablo Neruda, André Breton, Pau Casals, Mark Twain, A. Conan Doyle, Raymond Chandler y Arthur Miller.

LES DESEO FELIZ AÑO


7 comentarios:

Tot Barcelona dijo...

Bien SHANDy...bien...buen año..yo me quedo con Peterson...de largo...y te dejo la mirada insinuante de la protagonista del Pulp...Salut y bon añy ¡¡¡Miquel

virgi dijo...

Ten por seguro que si un día nos encontramos me fumaré no un cigarrillo, sino un hermoso puro.
Besos a tu sonrisa, me quedo con "...fumando espero, al hombre que más quiero..."

Shandy dijo...

Miquel, no está mal tu elección. La mía es la de un elegante Steve McQueem con mirada ensimismada y seductora boca con cigarrillo. Aquí te la dejo.

http://diariodeseduccion.files.wordpress.com/2010/05/mcqueensmoke-1.jpg

La música de Peterson la compartimos.

Salud, dinero y amor para el año que comienza.

Shandy dijo...

Virgi, está hecho. Un Cohibas, un Montecristo, un Rey del mundo... Y cantaremos ese tango.
Un abrazo

gaia07 dijo...

De hecho y a pesar de, no soy fumadora y el humo del cigarrillo, en concreto, me corta la respiración. Ahora bien, lo que realmente no soporto es lo de prohibir y reivindico el “prohibido prohibir”.
Soy bebedora que no borracha -de momento-, y me tocaría mucho las narices que tocasen el tema, aunque es una parte de la economía de este país vitivinícola que aún dará para mucho a unos pocos, por lo que tardará en llegar, lo que no quiere decir que acabe llegando.

Si fumar mata y se elige morir así allá cada cual con su autonomía, bastaría con enseñar respeto al prójimo (y este no tiene nada que ver con el sentido católico del prójimo), y habilitar o fumar en sitios que nadie que no quiera esté expuesto. Mi propia ética me impide beber y conducir, y no lo hago.

Hemos perdido la fe en nosotros, ahora somos obedientes. Mal presagio.
Un abrazo.

P.S.: La copa de vino con cigarro incluido sigue pendiente, mirando al mar si es necesario ;-D

Shandy dijo...

Gaia,
educación, prevención e información. Pero, como tú apuntas, cuando llegamos a las prohibiciones nos deslizamos por un terreno peligroso. No me gustan los gobiernos paternalistas ni la doble moral. Fumar o no es algo que uno puede elegir, sin embargo no puede hacerlo sobre la basura que llevan muchos alimentos, la calidad del agua que bebe, la contaminación de los ríos, la especulación y brutalidad del sistema capitalista y neoliberal al que nos someten. Eso también perjudica gravemente la salud.
Somos marionetas, y espero que las viñas no desaparezcan ni que en la esquina de una calle aparezca un macaco con báscula para decirme si el peso que tengo es adecuado y soy una carga para el sistema sanitario.
Gaia, prometo no "afumarte". Podemos escoger una terraza :)
Un abrazo

Manuel Comesaña dijo...

Por casualidad, he llegado a este post. No te preocupes: ese patio trasero para la nostalgia, el amor, el beso y el cigarrillo siempre existirán.