18 de junio de 2009

II Don Juan Tenorio/ Giacomo Casanova


"Sevilla a voces me llama
el burlador, y el mayor gusto
que en mí pueda haber
es burlar a una mujer
y dejarla sin honor".
Don Juan ( El burlador de Sevilla)

"Las dejé bien servidas"
Giacomo Casanova

Decía en la entrada anterior que Giacomo Casanova y Don Juan Tenorio -además de otros contrastes comentados -encarnaban mitos eróticos diferentes. Adelantaba también, que es en el modo de seducir y en la finalidad de la conquista donde se manifiestan estas diferencias (fíjense en las citas que encabezan la entrada, en las palabras de ellos se observan dos actitudes bien distintas hacia lo femenino). Partiendo de las diferencias apuntadas, analizaré a cada uno de estos personajes. Al final describiré algunas características que, a mi juicio, siguen manteniendo los varones que hoy merecen estos calificativos.


1-Don Juan Tenorio

La finalidad de la conquista
Don Juan, como caballero español y católico, entiende que el amor fuera del matrimonio es pecado y, desde esta perspectiva, la mujer es vista como un ser diabólico que encarna la tentación. Por otra parte, conceptos como honra y honor son valores importantes en la sociedad de la época, especialmente para lo femenino, y el desafío y la transgresión de ellos es atractiva para un hombre arrogante y provocador como Don Juan. Así, la finalidad que mueve al Tenorio en la conquista, no es tanto el goce sexual como demostrarse a sí mismo que es capaz de vencer la resistencia de cualquier mujer para arrebatarle su honra y comprometer el honor del hombre o la familia a la que pertenece.

La manera de seducir
Para alcanzar su objetivo nada le detiene, y no duda en traicionar a un amigo, recurrir al engaño y a la mentira, o a falsas promesas de amor perdurable y matrimonio (en el caso de mujeres nobles, amparado en la oscuridad de la noche, se hace pasar por los prometidos o amados de ellas. En el caso de las plebeyas, recurre a promesas de matrimonio sabiendo que la sociedad de la época no aceptaría la unión entre un noble y una plebeya).
En cuanto a la conquista, la mujer ha de presentarse como un reto difícil, pues el disfrute de Tenorio será mayor cuanta más oposición reciba por parte de lo femenino. Pero una vez que ha conseguido seducir y enamorar a la mujer, pierde el interés por ella y necesita de una nueva víctima. La mujer abandonada, desposeída de su honra y comprometido su honor, se siente burlada y humillada y además experimenta un sentimiento de dolor, frustración y desesperación. Porque Don Juan ha penetrado en el alma de ella y ha creado una dependencia emocional al despertar un sentimiento y una pasión que van más allá de lo puramente físico. Es por esto que las mujeres ven en Don Juan un enemigo del que deben huir y protegerse.
Se podría concluir que Don Juan es un hombre que no ama a las mujeres y al que tampoco interesa el amor. Lo que busca es rebelarse contra un código de valores y satisfacer su vanidad y su ego personal. Es un varón deshonesto y perverso que seduce con el engaño y la mentira y no le importa el dolor ni la infelicidad que pueda provocar.



2-Giacomo Casanova

La finalidad de la conquista
Para Casanova no hay nada en esta vida más importante que las mujeres. Por ellas está dispuesto a abandonar cualquier cosa, aunque el sentimiento que despiertan en él no es un amor espiritual y romántico, sino puramente físico y sexual. Casanova es un hombre obnubilado por lo femenino, un ser instintivo que ama y desea a las mujeres y se rinde a ellas, pero en cuanto seres eróticos, hembras que le dan placer sexual, pues éste es el máximo goce que un hombre como él puede experimentar en esta vida. La finalidad de sus conquistas no es, como en el caso de Don Juan, burlar a la mujer y arrebatarle la honra o el honor, conceptos que no rigen ni tienen valor en la vida del veneciano, sino dar y recibir el máximo placer físico. Lo que él ofrece es cuerpo a cambio de cuerpo, disfruta de y con las mujeres y se deleita entregándose a ellas y dándoles placer. Si en el caso de don Juan la oposición de la mujer era un incentivo para la conquista, en el caso de Casanova la mujer más adecuada es aquella que no ofrece resistencia, aquella que antes se entrega a la desnudez. Además, no repara en cuestiones físicas, ni de edad ni clase social. Para él es tan sublime una jorobada como una hermosa mujer, una vieja recia como una joven muchacha, una prostituta o una dama con título nobiliario.

La manera de seducir
En la conquista Casanova pone en juego sus dotes de seducción, es un pavo real que despliega sus habilidades para la danza, la música o la palabra. Se muestra como un caballero galante que recurre a la adulación y al halago fácil, ofrece regalos y derrocha sensualidad. Pero no promete más de lo que puede ofrecer, no engaña ofreciendo matrimonio ni promesas de amor, ofrece el placer físico y cumple: "Las dejé bien servidas". Desde luego que Casanova no es deseado por las mujeres como marido, pero sí como amante, porque es el macho vigoroso, incansable e insaciable que siempre está dispuesto y cumple lo que promete.
Se podría concluir que Casanova conquista y seduce sin destruir porque no provoca dolor ni frustración, su erotismo es más frívolo y no penetra en el alma femenina. Si las mujeres seducidas por Don Juan se previenen contra él, a Casanova se lo recomiendan y lo comparten porque despierta en ellas la voluptuosidad, las desinhibe y las hace felices al ofrecerles un gran placer físico.


3-La contemporaneidad de los mitos

Si actualizamos a ambas figuras como mitos de la seducción, tendríamos a dos atractivos varones que, en esencia, siguen manteniendo características que identifican y oponen a los personajes de los que toman sus nombres.
El Don Juan de hoy es un hombre enamoradizo, cínico y narcisista que entiende la conquista como un reto y una competición, disfruta con la oposición de lo femenino menospreciando a la que él tilda de “mujer fácil”. Es celoso, posesivo y acaparador mientras está en el cortejo. No tiene escrúpulos y todo vale con tal de alcanzar el objetivo que se propone. No le importa traicionar al amigo ni engañar a las mujeres a las que habla de amor perdurable sabiendo que miente. Encadena una conquista con otra y alardea de ellas porque en ello basa su afirmación y autoestima personal. Es un hombre deseado pero también odiado porque genera expectativas y crea una dependencia emocional que conduce a la frustración y a la infelicidad.
En cuanto al Casanova contemporáneo, tampoco tiene nada de romántico ni sentimental. Es un hombre primordialmente instintivo y carnal que no puede resistir el encanto de la pluralidad de lo femenino y se rinde con gusto y facilidad ante la primera que está disponible. Le gusta seducir y ser seducido y, en algunos casos, no le importa compartir ni ser compartido para alcanzar su objetivo. Un Casanova no entiende de amor perdurable ni compromisos, ama a las mujeres en cuanto encarnan el deseo y el goce físico, pero tiene a su favor que ofrece sensualidad y placer. En este sentido hace felices a las mujeres y por esto es apreciado como buen amante.

Y digo yo que habelos, haylos. A un Don Juan hay que temerle y huirle, es un embaucador que no tiene en cuenta los sentimientos ajenos y destruye lo que dice amar. De entrar en el juego de un Casanova hay que esperar sólo lo que él está dispuesto a dar y ofrecer, cuerpo y placer físico.

Les dejo dos vídeos. El primero son escenas de una adaptación de la obra de Tirso de Molina, El burlador de Sevilla, para TVE. El segundo pertenece a la película El Casanova de Federico Fellini.







12 comentarios:

ybris dijo...

Entre la conquista (con derrota) y el placer (sin engaño) mejor mil veces Casanova.
Mejor, sin embargo, otro modo de ver lo femenino.
Pensaba en cosas así cuando leía ayer en El País un artículo sobre el acosador de menores en la Red.
Gentuza siempre los que abusan.

Besos.

Shandy dijo...

Ybris,los personajes de los que parto encarnan dos arquetipos. Partiendo de ellos escojo características que siguen manteniendo hombres de hoy. Pero soy consciente de que habría que matizar. En la realidad cotidiana hay comportamientos "híbridos" y los arquetipos ya no están tan claros. Hay Casanovas que a su vez son "don juanes" porque buscan simplemente sexo y además recurren al engaño y a la mentira para conseguirlo. También hablan de "amor".
El comportamiento de un Don Juan o de un Casanova-Don Juan obedece a carencias personales y a una visión distorsionada de lo femenino.
En cuanto a la conducta de un "arquetípico" Casanova, aquel que sólo busca el placer físico, me parece muy difícil que nunca llegue a amar de verdad a alguien. Creo que hay Casanovas que se enamoran, pero su voluntad queda anulada por el poder erótico que sobre él ejercen las mujeres. Y el engaño va dirigido no con las mujeres con las que mantiene una relación puramente sexual, sino a la que ama, porque a ésta le suelen oculta sus otras relaciones.

Aunque para mí el sexo sin amor es pobre, es una opción para aquellos que disfrutan con él sin engaños. Y cada cual es libre de hacer de su capa un sayo.

La pederastia, es un punto y a parte. No hay nada más perverso y cruel que abusar de un niño. Me acuerdo de la película de Mystic River de Eastwood y se me pone el vello de punta.

Ybris, gracias por tu lectura y comentario.
Un abrazo.

NoSurrender dijo...

Gracias a Dios, somos muchos los que no nos indentificamos con ninguno de los dos mitos :)

No estoy seguro de que Casanova ame a las mujeres más que al placer de su propio cuerpo. Más bien parece que el veneciano sufre alguna especie de trastorno emocional que le impide poder disfrutar de lo que realmente significa amar a alguien.

Besos!

Shandy dijo...

No Surrender, desde luego nunca te identificaría a ti con uno de esos dos mitos! Creo que partes de una buena ética, o por lo menos planteas buenas reflexiones sobre lo que significa "Amar".
En cuanto a Giacomo Casanova, el personaje histórico (o el personaje que el crea a través de sus memorias), lo que buscaba era ante todo su propio placer.Y si ofrecía placer a las mujeres es porque al darlo se lo proporcionaba a sí mismo. Nunca fue un acto de generosidad o altruismo. El veneciano era un hombre frívolo que carecía de voluntad para dar algo que no le retribuyera placer, y cuando decía a una mujer "Os amo" quería decir "Os deseo".
Hay muchas interpretaciones del mito de Casanova y no sólo sobre su comportamiento con las mujeres, sino también de su actitud ante la vida. Se le presenta habitualmente como un romántico aventurero y vividor que supo disfrutar de todos los placeres de la vida hasta que la vejez le hizo retirarse. Pero tal vez su continuo deambular y su necesidad de sexo compulsivo fue una huída constante de sí mismo y una forma de mitigar su profunda soledad. No podía soportar el aburrimiento y le aterraba estar a solas consigo mismo.

Besos

Tórtola dijo...

Non sei a que idade lle esperta o corazón á xente. O que si sei é que todo o mundo recorda ben o día en que sentiu no peito ese quentor cordial do namoricar primeiro. A min colleume por sorpresa. Nunca lle perdoarei á especie que non arbitrase un mecanismo iniciático máis gradual e velaíño. A especie é un patrón que, coma calquera patrón, adoito peca de desconsiderado con individuo, ou sexa, con obreiro do amor.



No creo que tu don Juan ni tu Casanova fuesen obreros de amor. Amor como obra dista mucho de la base de ese esbozo propuesto. Eso sí, un elemento en común: la conquista.

A remar, simplemente remar.

Ventana indiscreta dijo...

Bela, bela, puta, pobre Tina Aumont, la de 'Tres en uno' que se tuvo que dar tras las órdenes de Fellini. Quizá no exagerase al representar a la mujer como muñeca aunque viendo al Casanova creo que se puede pensar en una inversión de los papeles: la auténtica marioneta puede ser Él. De todas las formas cuánto añoro una ferretería para ayudar a la bambola, que me da un no se qué un polv..así tan tiesa, uff

Shandy dijo...

Tórtola, un pequeno relato:
Inda non sabía ben aquela sinxela rapaceta que significaba a cantiga de "Enguedellar, enguedellar, enguedelleime, enguedelleime na beira do mar" cando unha rosa vermella prendeu no tamboril do peito. Tocaba a música compulsiva daquel tolo tamboril empreñando o corazón dunha arela descoñecida que só acougaba cando o Mingos me elexía coma compañeira e me collía da man para xogarmos as escondedelas naquelas noites de verán nas que inda os campos de maínzo estaban ben enchidos.

En cuanto a ¿"mi don juan" y "Casanova"? en ningún momento fueron propuestos como "Obreros del amor", quita, quita. Creo que debes de releer las entradas. Creí que quedaba claro que se trata de contrastar a dos mitos de la seducción que encarnan arquetipos, y nunca a dos Obreros del Amor. Que me gusta esa expresión, vaya.

Y:
Amar Rima con Remar...

E cercaron mi as ondas grandes do mar./ E cercaron mi as ondas que grandes son/. Non hei barqueiro nen remador/morrerei fremosa no mar maior...

Shandy dijo...

Ay,Ventana,jajaja, un poco de humor no viene mal. Casanova es un monicreque, claro que sí. Un ser sin voluntad arrastrado y dominado por las pasiones. Eso si hacemos un juicio moral.
A mi me encanta esa escena de la Bámbola, que quieres que te diga. Porque refleja muy bien la actitud de Casanova con las mujeres. Basta una muñeca para que vea una "Vagina" y ya se le levantan las orejas y se le mueve el rabito, como a un can ante las perdices. Puro instinto de macho depredador, animal en celo, que se cepilla a todo lo que coge por delante.

Besos,jodía manchega!

Tempero dijo...

Pues a mí me proponen una máscara a lo Arcimboldo o la que tú presentas como punto de entrada para contrastar los dos mitos y no sé con cual me quedaría. Mi variante hortelana hace que no desprecie ni una hortaliza así que Arcimboldo ahí tiene las de ganar pero si frente a mis ojos se acuesta una linda mujer dejo el azadón y a otra cosa mariposa. Creo que todos los hombres tienen o desearían tener un punto del Casanova. Pero un punto nada más.

Abrazos.

Antígona dijo...

Uff, llego ya demasiado tarde. En cualquier caso, mis dudas están ya disipadas, en la medida en que consideraría a Don Juan un seductor pero no a Casanova.

A Casanova, ejem, lo consideraría lo que por estos lares se suele llamar un pichafloja -con perdón- y por otros creo que le llaman pollaboba -con perdón también-. Vamos, alguien que tiene sus partes más tiempo fuera del pantalón que dentro porque no hay fémina que no despierte sus instintos.

De todos modos, me temo que, como ya se ha dicho por ahí, a Casanova no le interesa tanto dar placer como recibirlo, y en ese sentido se podría hablar de una cierta instrumentalización de la mujer. La escena que has puesto lo retrata a la perfección. Que la pobre Bámbola no termina y a Casanovas le da exactamente igual. Será mamón el tío! ;)

Un beso

Shandy dijo...

Tempero, Arcimboldo tiene mucho donde elegir: Cocineros, Bibliotecarios, Hortelanos ( cada cual con sus vainas en la cabeza) y hasta una "Eva con Manzana", variante arcimboldiana que sería el reverso de la "Máscara" que ilustra esta entrada.
www.ewa.bicom.pl/iluzja/zag68_arcimboldo.htm

Y tú como hortelano observarás que la madre naturaleza nos regala un erotismo panóptico que el Giuseppe con un estilo personal mostraba en sus hortalizas, frutas y flores. ¡Qué peras y manzanas! ¡Que puerros y zanahorias! ¿Y en que estaría pensando el italiano cuando pintó "El invierno"?
Vamos, que por más vueltas que le demos, la fuerza del eros es paleocortiana y ya puestos en el huerto te dejas el azadón y, con permiso y licencia de ella (claro está), te la llevas.

¿Un punto de Casanova? o dos, o tres... Vamos, qué varón no desea la potencia y la vitalidad del Conde de Singalt para dejar a las damas bien servidas. Pero vendría bien combinar esos puntos con otros que el veneciano no poseía. Vamos que follaba hasta que le salieran agujetas, pero no sabía amar (jodido, sobre todo, para él)
Hortelano, tu busca la sección áurea y sedúcenos con tus historias, tus olivos, tus trigos, tus amapolas y la mirada que captas sobre la vida con el ojo de tu cámara. Ah, y con la música.

Besos frutales

Shandy dijo...

Antigona, relajémonos, que yo también parezco aquel endiablado conejo con anteojos y reloj del cuento de Alicia...
(Nunca es tarde para recibir tu visita).
Tu manera de interpretar la figura de un seductor es distinta, por ejemplo, a la que Zweig hace en el análisis de la biografía de Casanova. Para él el verdadero seductor es el veneciano porque no necesita recurrir a los trucos y engaños del caballero español. Son distintas maneras de entender lo que es la seducción-
Tal vez el Valmont de "Las Amistades peligrosas" tenga un poco de los dos mitos.

Yo creo que seducir es algo positivo cuando no destruye, sino que construye. Cuando las personas se esfuerzan por mostrar lo mejor de sí mismas para atraer y captar la atención de los demás. Siempre hay algo de lúdico y de juego en ese mostrarse y no necesariamente tiene que haber engaño. Seduce un profesor si sabe como conseguir la atención de sus alumnos, poniéndoles un cebo que conducirá a que se enganchen en otro, a lo mejor no tan atractivo. Seduce un cocinero, un escritor, un pintor, un enamorado ... Poner en juego las "armas" de las que cada cual dispone no me parece mal si no hay engaño. Me parece un arte, un reto hacerlo de esa manera y me gusta seducir y que me seduzcan ( sin trucos ni engaños, claro). Supongo que en el fondo lo que buscamos es que nos quieran.

Aquí a un Casanova le llamaríamos un "Picha brava". Hubo por estas tierras un "Casanova" muy famoso, convertido en personaje literario por la escritora gallega Marica Campo.Le llamaban o "Manuel da Corna en Dulce", pues según contaban "Preñaba a las mujeres, pero todas ellas guardaban un grato recuerdo del empreñador".
Eran otros tiempos, claro.
En fin, que esto da para larga charla. Y el humor entra en ella de forma también seductora.
Un beso, Antigona!